Poema ordinario de Juan Ignacio Fernández

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Poema ordinario de Juan Ignacio Fernández

poema ordinarioCuando se calla la tarde

levanta su voz el río.

Alma y música es la marcha,

arena y piedra el camino. (A. Yupanqui)1

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Un lugar lejos de la ciudad, cerca del río iluminado por la luna, sonidos de grillos, y el ruido sinuoso de un animal que vigila y acecha, como un secreto, como uno más de los que se ocultan en esa casa. En ese espacio, que podría ser un paraíso, la vida familiar no es un evento feliz, un hijo ausente que regresa, un hijo pródigo que cuando vuelve sólo trae la desgracia. En ese territorio áspero el amor es una utopía, o una realidad no convencional, o una posibilidad que se aleja con la luna. La música une y separa, la bebida mitiga la fatiga y el dolor, el agua trae y lleva los recuerdos, todo es una historia que se relata a fragmentos, que no se puede componer del todo, porque al rompecabezas le faltan o le sobran piezas. La presencia del extraño traerá otra luna negra. La escenografía de José Escobar sitúa las acciones con una proyección del espacio hacia un fondo de escena, donde la mirada puede atravesar desde el porche hacia las habitaciones; mientras el frente se divide entre la ventana que da a la cocina, y la puerta que se dirige al interior. Este perfecto dispositivo escénico permite que el desarrollo del relato se divida como en tres niveles: el adentro con su pacto de silencio, el porche y el afuera amenazante. Junto con el buen trabajo del sonido, el clima de costa ribereña, de pastizales cercanos, de animales que serpentean en ellos, se hace verosímil. poema1Un relato íntimo que es atravesado por la falta de amor, o por el amor distinto, y donde todo fluye como parte del paisaje. Las muy buenas actuaciones, hacen que el suspense de la intriga nos mantenga como espectadores expectantes, sin saber más de lo que en pequeña dosis se nos ofrece y sin atinar a imaginar cómo será un desenlace que no nos promete felicidad. Todo encaja en ese teatro de cámara como en un poema, todo es síntesis en su superficie, mientras en el entrevés de las palabras, y de las imágenes se oculta un mundo subterráneo que puja por salir. Todo tejido como una gran metáfora del desamor, y de cómo la posesión reemplaza al sentimiento por el miedo que produce la soledad. Una posesión que debilita, aísla y finalmente congela las acciones, e impide la vida que se detiene y repite sus movimientos para controlar lo imprevisto. El juego de entradas y salidas de ese espacio, está medido con precisión y el afuera mezcla la ficción y la realidad, entre el relato de la película de terror y el terror que habita en los pastizales; una imagen en espejo del que se esconde dentro de los personajes. Una historia particular y breve, un devenir sinuoso que nos atrapa desde su inicio y que nos coloca a merced de las aguas turbias del río.poema2

Ficha técnica: Poema ordinario de Juan Ignacio Fernández. Actúan: Fernando Morales Beascoechea, Ignacio Torres, Cecile Caillon y Julieta Timossi. Escenografía: José Escobar. Vestuario: Eugenia Limeses. Asistencia de vestuario: Teresita Matilla. Diseño de iluminación: Soledad Ianni. Diseño gráfico: Tatiana Schumovich. Fotografía: Pilar Montaron. Prensa: Carolina Alfonso. Diseño sonoro: Agustín Valero. Producción ejecutiva: Cecilia Santos. Asistencia de dirección: Fernanda Pérez Bodria. Dirección: Lisandro Penelas. Moscú Teatro. Estreno: 24/02/2018. Duración: 50’. Funciones: sábados 22 hs. y domingos 18 hs.

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