Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Espectáculos |La inteligencia polémica de un actor seductor por naturaleza

Gerardo Romano: “Yo inauguré la categoría de sex symbol en Argentina”

El intérprete, que llega a la Ciudad a fin de mes para mostrar el intenso “Un judío común y corriente”, habló con EL DIA sobre la crisis del arte, el gobierno y las grietas que afectan la política y el mundo del espectáculo

Gerardo Romano: “Yo inauguré la categoría de sex symbol en Argentina”

Gerardo Romano habló de todo en su paso por la redacción de EL DIA / Dolores Ripoll

13 de Mayo de 2018 | 02:35
Edición impresa

Polémico, frontal, dueño de una inteligencia aguda y siempre dispuesto al debate, Gerardo Romano, un ícono de la provocación, genera fervor o repudio según quien lo escuche en este agrietado país.

Quizás por eso, “Un judío común y corriente”, la polémica pieza que presentará en dos semanas, el domingo 27 de mayo, en el Coliseo Podestá, asoma como una obra hecha a medida del intérprete. Escrita por Charles Lewinsky, la obra retrata el conflicto que debe resolver un judío alemán que vive en Alemania cuando recibe la invitación de un profesor de historia de una escuela secundaria, cuyos alumnos, luego de estudiar el Holocausto y el nazismo, quieren conocer y ver en persona judía.

Es entonces que el protagonista pasa revista a los principales puntos de argumentación por los que considera que no debe aceptar la invitación y presenta su visión sobre la problemática contemporánea de los judíos fuera de Israel y sobre los problemas específicos que plantea para un judío la vida en un país cuya población vive bajo el peso psicológico de las consecuencias del nazismo.

Pero mientras retrata un problema aparentemente pertinente solo a la religión judía, la obra “habla del ser humano, del rol de las religiones, de cómo las religiones nos han conducido por un sendero de colonización, genocidio, xenofobia y esclavitud, de cómo los tres monoteísmos son homofóbicas y misóginas, y cómo nos han llevado al Holocausto”, explica Romano.

“El genocidio ha existido siempre, si bien los nazis la desarrollaron de un modo natural y rutinario: todos albergamos en nuestro ser una potencialidad genocida”, opina el actor en el primer alegato contra los fanatismos y los extremismos que realizará durante la charla con EL DIA. El actor se ubica solo en el escenario frente al público durante una hora y media de disquisición, en las cuales su personaje además se debate sobre “uno de los temas más importantes del ser humano: su finitud, que es lo que nos lleva a buscar a Dios”.

El desafío para Romano es así doble: realizar un unipersonal, y una pieza polémica, de una alta intensidad temática: “Me debo haber preparado toda la vida para este momento, para hacer un unipersonal de una hora y media donde se tratan estos temas”, reconoce el intérprete, y analiza que “es necesario, por los lugares emocionales que se atraviesan, una experiencia aquilatada, un estado físico, emocional y psíquico que te permitan estar solo una hora y pico abordando esos temas y vivenciándolos como propios en el escenario”.

Pero Romano aceptó sin dudar el desafío de la obra porque encaja a la perfección con su visión de un arte que “debe provocar”, ir al hueso, cuestionar. “Así entiendo yo el sentido el arte y del teatro, y mi función de actor. Yo me lo tomo así, no hubiera dejado otra profesión a cambio de bajar mi nivel intelectual y ético”, dice el también abogado que trabajó durante 11 años, desde 1974, en el Ministerio de Justicia. “Pero”, acepta, “hay también obras pasatistas, y ellos también cobran por actores”.

Pero, ¿cómo se hace en estos tiempos de vacas flacas para tentar a la audiencia a pagar por ver una obra que cuestiona sus valores? “En todas las sociedades hay personas que piensan, se preocupan, tienen sensibilidad social, no encuentran en el otro una otredad negativa”, responde Romano con esperanza, aunque acepta que en el mundo polarizado de hoy también hay de los otros. Ante eso, el actor dice que lo único que puede hacer es “decir cosas que me parece que contribuyen a la armonía y a la paz social. La paz social es el resultado de una sociedad armónica, pero cuando es muy asimétrica, cuando se suben tanto las tarifas, la cosa se empieza a complicar...”

LA CRISIS DE LAS ARTES

La primera referencia a la coyuntura política de Romano llega justo a tiempo para discutir la actual crisis de las artes. Por ejemplo, para Romano, “El Marginal”, ficción de la que fue parte, es un “pequeño milagro” en el marco de una televisión cada día más limitada en su capacidad de producir por “factores exógenos” que incluyen “estar viviendo el neoliberalismo, que no tiene propensión a invertir en cultura o gastos sociales: la preocupación pasa por las cuentas, que den las planillas del Excel”. El avance de “los tanques y de Netflix” dan el golpe de nocaut a la pantalla chica, y afectan también la producción del cine, “una actividad subsidiada en todo el mundo” que “debemos atender, porque hace a nuestra identidad cultural”.

Yo inauguré la categoría de sex symbol en Argentina

El desafío para Romano es doble: un unipersonal, y uno de una gran intensidad

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales ha modificado algunas de sus políticas mediante varios decretos del Poder Ejecutivo en los últimos meses, donde también fue removido su titular, Alejandro Cacetta, algo que los actores de la industria denunciaron. El Gobierno se ampara en supuestas irregularidades del organismo para llevar a cabo estas transformaciones, algo que, dice Romano, “es igual respecto de todo: es tradicional que los gobiernos que siguen a gobiernos nacionales y populares, como no pueden encarar por propio filosofía políticas que superen a las anteriores en el plano de las necesidades sociales, tengan como técnica acusar de corrupción y de paso disimular la propia, de guante blanco. Viene desde Mariano Moreno”.

Romano, de todos modos, acepta que la corrupción de la gestión kirchnerista ha servido de excusa perfecta para proponer cambios en las políticas que él no acompaña: “Hay causas judiciales como la denuncia de Nisman o el dólar futuro que no resisten el análisis, esto lo digo como abogado. No son sustentables. Pero sin ninguna duda, si la ex presidenta hubiera tenido el modus vivendi de Pepe Mujica, no hubiera habido margen para la posibilidad de la acusación de corrupción”.

Estos matices de Romano a la hora de opinar de cuestiones políticas no se reflejan en la idea pública sobre el actor, considerado un kirchnerismo recalcitrante por una cultura que arma grieta de todo. Esta imagen que tiene el público de él, confiesa, le ha costado trabajos y premios. “Me han sacado de premios porque dicen que soy muy kirchnerista. Que no lo soy: no me defino como kirchnerista, me encorseta, me limita, prestaría mi consentimiento a futuras medidas con las cuales no estuviera de acuerdo. Sería un cheque en blanco: no, no lo doy”, explica, y afirma que “trato de poner el acento en no ser fanático y en atender”.

La percepción pública incluso le ha traído problemas al salir a la calle: “Cuando recién había sido elegido Macri, sentía agresividad”, recuerda. “Ahora noto una dificultad de no poder pagar las tarifas”, se ríe, y afirma que lo único que rescata del actual gobierno son “las ciclovías y la poda de los árboles”.

TIEMPO DE GRIETAS

Ahora, Romano no se casará con ninguna postura, pero está acostumbrado a dar opiniones fuertes. En un momento donde se ha destapado la olla sobre los históricos abusos en la industria del espectáculo, por ejemplo, él salió a defender a Juan Darthés, acusado de acosar a Calu Rivero y otras dos actrices.

Cuando recién había sido elegido Macri, sentía agresividad en la calle. Ahora noto una dificultad de no poder pagar las tarifas”

La televisión sufre por factores exógenos que incluyen estar viviendo el neoliberalismo, que no tiene propensión a invertir en cultura o gastos sociales: la preocupación pasa por las cuentas, que den las planillas del Excel”

Y vuelve a hacerlo consultado al respecto: “Lo que le pasó a Juan Darthés es la cosa más tramposa. La supuesta víctima no hace denuncia en el tiempo legal que tiene. Como no hace denuncia, abre el juego en lo mediático una vez prescripta la acción, por lo cual el acusado no tiene ninguna posibilidad de establecer su inocencia porque no se sustancia un proceso judicial”, afirma poniéndose en la piel del abogado.

Y agrega: “Algunas actrices, como Griselda Siciliani, dicen “si una mujer denuncia, ya está”. No, nadie, ni mujer, ni Dios, si alguien denuncia no está nada, solo el comienzo de un debido proceso donde se establecerán las responsabilidades. Porque si no, vamos a las brujas de Salem, a linchar, y no es así: estamos en un estado de Derecho”.

Estas declaraciones, en los tiempos de grietas que corren, lo colocaron del lado del “machismo”, algo que resiste. “Corro ese riesgo, pero no puedo ser tan injusto. Conozco a Darthés de toda la vida, me resulta impensable que sea un acosador”, cuenta quien llegó a decir también que quizás un actor tenía “derecho” a “meter la lengua” durante una escena.

Ese tipo de nociones se encuentra hoy fuertemente cuestionada, lo que vuelve particularmente sensible el rodaje de las escenas de sexo en tevé y cine. ¿Cómo tienen que hacer hoy los actores a la hora de filmar momentos hot? “Explicamelo vos”, dice risueño. “Te lo dice alguien que ha estado desnudo en una cama durante muchos años”. Romano hace referencia a su etapa televisiva de la década del ´90, cuando participó en series picantes como “Zona de riesgo” y “La marca del deseo” y rompió con la pacatería a fuerza de desnudos, seducción brutal y declaraciones que dejaban desconcertados a sus interlocutores.

“Yo inauguré una categoría que no existía acá, el sex symbol. Acá eran ‘galanes’ los actores que ‘calentaban’”, recuerda, y explica que aquellos galanes “eran tipos de 1.80, espaldas anchísimas, caras armoniosas, y de repente empezaron en los 70 los tipos comunes, como Dustin Hoffman, Al Pacino, tipos como los que andan en la calle. Yo me colé por ahí y tuve ese rol”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

Gerardo Romano habló de todo en su paso por la redacción de EL DIA / Dolores Ripoll

Romano en escena en “Un judío común y corriente”, EL UNIPERSONAL CON EL QUE EL 27 DE MAYO LLEGARÁ AL COLISEO PODESTÁ / ARCHIVO

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla