Actúa: Belén Blanco – Vestuario: Pablo Ramirez – Iluminación: David Seiras – Autoría y Dirección: Diego Manso
Kinderbuch no deja de perturbar y es un relato sobre el poder y el aislamiento. La obra, inspirada en Hedda Gabler de Henrik Ibsen, recorre varias cuestiones vinculadas al género femenino. Narra la historia de una mujer que escapa de la norma ya que practica tiro. Con un padre general, ella está acostumbrada a manejar armas. Su incipiente embarazo no hace más que resaltar el contraste entre lo que se supone que debería ser una mujer en la dulce espera y esta mujer totalmente desbocada porque ha liberado sus verdaderos instintos y ya no puede ceñirse al rol que se le quiere adjudicar.
Germana no puede ajustarse a la vida asfixiante con otras mujeres en una urbanización; dice que va a parir en una bañera con agua hirviendo. Su padre, un militar acusado por haber hecho una “desinfección de la patria” la deja a Germana sola. Por eso, ella recurre a Tesman, para conservar su posición social, su estatus. Kinderbuch es una obra que rebosa de brutalidad en el discurso y en la actuación, una brutalidad arduamente elaborada para transmitir lo que genera la violencia en los seres humanos.
Diego Manso no realiza una adaptación del texto de Ibsen, sino que se inspira libremente en él. Cada palabra tiene la misma fuerza que una bala, dispara constantemente al espectador. Ibsen ha derribado los estereotipos femeninos con una indagación profunda sobre el lugar de la mujer en la sociedad. El texto de Diego Manso recupera este espíritu cuestionador y transgresor. Ahora bien, si el texto de Ibsen se caracteriza por su realismo, el de Manso juega más bien con una poética expresionista donde la interioridad del personaje es la que cuenta, donde la poesía se insinúa en cada palabra.
Belén Blanco nos entrega un trabajo sublime porque nos habla del horror que sobrepasa lo humano. Su interpretación es de una belleza aterradora, que no terminamos de comprender. La fuerza de la actriz se plasma en un compromiso profundo con su rol. Ella se transforma en Germana y la podemos sentir en cada gesto y en cada palabra, hasta en su respiración. En este sentido, el mismo autor en la dirección ha sabido guiar a la actriz para atravesar los pasajes más oscuros del texto con suma destreza.
La obra es también una propuesta para reflexionar sobre el abuso de poder en la historia y sobre los fantasmas de la violencia que aún nos persiguen. La puesta es absolutamente minimalista. El cuerpo está tan expuesto que por momentos hiere nuestra mirada y todos nos sentimos en algún momento como Germana, con esa sensación de no encajar. Milly Vázquez
Viernes a las 22.30
El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960 – Cap.
(011) 4862-0655
elcamarindelasmusas.com.ar
